Réquiem sindical

Soy afiliado a CCOO desde hace ya mucho tiempo. Durante algunos años de mi vida, fui delegado de este sindicato en el comité de empresa y europeo de una multinacional, secretario general de la sección sindical, y miembro de diferentes ejecutivas de CCOO tanto a nivel federal como en la unión intercomarcal, amén de otras responsabilidades. No digo esto para presumir de currículum sindical ni para que parezca que soy más que nadie, sólo pretendo dejar claro que lo que voy a decir lo digo desde el cariño y respeto que le tengo a este sindicato al que ya no reconozco como propio. Y que al primero que le duele todo esto es a mí.

CCOO siempre fue para mí un ejemplo a seguir. Una organización fuerte, nacida de forma ilegal durante el franquismo, cuando realmente era duro ser sindicalista. Gran parte de la lucha antifranquista pasó por las manos de aquellas pequeñas comisiones de obreros que se atrevían a levantar la voz contra la dictadura. El sindicato de mi abuelo. Crecí con esa romántica idea en la cabeza, y en cuanto se presentó la oportunidad no dudé en encabezar sus listas para unas complicadas elecciones en una empresa durísima en lo sindical. Luché cuanto pude y lo mejor que supe en su nombre, dí la cara por el sindicato donde y frente a quien hizo falta, sin titubeos. Y ahora me pregunto en qué situación me encontraría en este momento si no hubiera abandonado mis responsabilidades sindicales y tuviera que defender al sindicato a día de hoy… sinceramente, no sabría ni por dónde empezar.

Un inciso: antes de empezar una crítica que a algunos puede molestar, quiero aclarar que aunque voy a generalizar, porque si no el artículo sería interminable, sé perfectamente que en CCOO hay miles de sindicalistas honestos y comprometidos, buena gente que trabaja a diario por el bien de sus compañeros y de la clase obrera, a los que estas críticas no deben molestar pues no van con ellos. Pero otra cosa distinta es la política pusilánime de la cúpula del sindicato (y de quienes los mantienen ahí, que los Congresos no se ganan a punta de pistola). Es responsabilidad suya y de direcciones anteriores, que éste ya no sea, ni mucho menos, el sindicato de clase y combativo que un día fue. Otra cosa importante: todo lo que voy a decir sobre CCOO, es perfectamente aplicable a UGT. Pero como mi sindicato es Comisiones Obreras, y es el que me duele, prefiero hablar de él y no meterme en casa ajena. Dejo la crítica a UGT para sus afiliados, si es que consideran conveniente hacerla.

Hace ya mucho tiempo (desde el infame VI Congreso) que CCOO va cuesta abajo y sin frenos. Cada acuerdo que se ha firmado era peor que la anterior, cada líder del sindicato era menos comprometido y más moderado que el anterior. Perros lacayunos, que diría Anguita. Se ha pasado de ser un sindicato de izquierdas, obrero, de clase, a abrazar de manera bochornosa no ya el capitalismo o la socialdemocracia, sino directamente las políticas liberales. Bien sea por convicción, por comodidad, por intereses velados o por puro conformismo.

La firma de este último acuerdo con la CEOE (para colmo de indignidad, en el 35 aniversario de la matanza de Atocha, bonita forma de honrar su memoria…) es la gota que colma el vaso. No voy a entrar a analizar en detalle los acuerdos. Doctores tiene la Iglesia y seguro que se hablará mucho, y mejor de lo que lo pueda hacer yo, sobre cómo nos han quitado la subida salarial del IPC hasta 2015, o cómo han concedido toda la flexibilidad del mundo a las empresas para disponer de nuestro tiempo a su antojo, descolgarse de convenios, etc…  a cambio de nada.

El acuerdo es pésimo para los intereses de los trabajadores, de eso no hay duda. Yo diría que incluso para el país en general, pues creo que agravará la crisis. Pero es que también lo es para los intereses del propio sindicato. Es la puntilla, el tiro de gracia. La poca credibilidad que le pudiera quedar a CCOO se ha ido por el sumidero a velocidad de vértigo. El prestigio perdido, a cambio de nada.

Algunos me dirán que era mejor salvar lo que se pudiera, que sin acuerdo hubiera sido peor, que hay que tener sentido de la responsabilidad… Y yo les diré que no. Primero, porque no se ha salvado nada. No hay en el acuerdo una sola medida que beneficie a los trabajadores que se supone representan. Ni siquiera alguna compensación, por pequeña que sea, por los sacrificios que se nos exigen. Segundo, porque la primera responsabilidad de un sindicato es para con los trabajadores. Y tercero, porque una vez has pactado, no puedes echarte a la calle a protestar contra unas medidas que llevan tu firma y por lo tanto tu beneplácito, tu aprobación y tu consentimiento. Las manos atadas. Y la narcótica «paz social», ésa que sólo existe cuando el oprimido se rinde al opresor, servida en bandeja también a cambio de nada.

La postura lógica, digna y hasta diría que obligada ante este tipo de propuestas y del continuo vacile de la patronal (sabedora de que no necesita negociar, porque tiene un gobierno títere dispuesto a imponer una reforma a su medida), era levantarse de la mesa y echarse a la calle. Así lo aprendí yo, y lo curioso es que lo aprendí dentro de ese mismo sindicato. Los mismos agoreros de antes me dirán que la gente no se mueve, que la huelga corre el riesgo de fracasar, que no hay conciencia de clase… y yo les diré que tienen parte de razón. Esta sociedad no es la de principios de los 80, está más acomodada y es menos combativa. Pero también les diré que esa falta de conciencia, esa nula confianza de la clase obrera en sus sindicatos, esa resignación y ese derrotismo, son en gran medida culpa de esos mismos sindicatos que, lejos de potenciar la lucha de clases, de dar una imagen firme y combativa y de hacerse valer y respetar, llevan años dando una imagen de complicidad y compadreo con la patronal y el gobierno de turno que en nada ayudan a que los trabajadores puedan sentirse identificados con ellos, seguir sus directrices o depositarles su confianza.

He dudado mucho si escribir esto. Porque cuando uno ha sido sindicalista nunca deja del todo de serlo, y porque siempre me ronda la cabeza esa idea de que los sindicatos son necesarios, y darles la espalda significa hacerle el trabajo sucio a una derecha que sería feliz si despareciesen definitivamente. Pero no soy amigo de adhesiones inquebrantables, y además creo que ese miedo a debilitar a los sindicatos es en parte lo que nos ha llevado hasta aquí, por ser demasiado tolerantes con su política de recoger migajas a cambio de perder derechos. Necesitamos sindicatos, por supuesto. Son imprescindibles. Lo que ya no tengo claro es si los que tenemos nos sirven de algo. Por lo tanto, prefiero decir lo que pienso y quizá, si lo hacemos muchos, la cosa cambie. Callar no ha funcionado.

Aquí queda pues mi mensaje, como afiliado y ex-sindicalista de CCOO. Escrito en caliente, que a veces es lo mejor. Éste ya no es mi sindicato. Ni el mío, ni el de millones de trabajadores que durante décadas se sintieron defendidos y protegidos por CCOO, identificados con estas siglas y lo que representaban. No sé si aún se está a tiempo de recuperar la dignidad, de volver a la raíces y ser lo que nunca debió dejar de ser. Lo dudo mucho, aunque me consta que muchos compañeros opinan igual que yo y están más que hartos de tanta concesión y tanto servilismo inútil.

Yo ya he hecho mi reflexión. Ahora le toca a otros hacerla. El añorado compañero Marcelino Camacho, un sindicalista de verdad, dijo una vez:
–  “¡Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar!”.
Que piensen los actuales líderes de CCOO si están haciendo honor a esas palabras, o si deben irse a casa y dejar trabajar a los que no estén domados, doblados ni domesticados.

23 pensamientos en “Réquiem sindical

  1. Pingback: Crónica de una traición anunciada | Soy Pública

    • ¿Histórico militante? ¿Yo? ¡No, no, para nada! Uno más de tantos afiliados y delegados, nada más.

      Muchas gracias por leerlo y difundirlo. Siempre en defensa de lo público. ¡Salud!

      • El poder corrompe al hombre,
        Si quieres luchar y que tus palabras no caigan en saco roto únete al sindicato de la Confederación Nacional del Trabajo,C N T. Un sindicato fundado en el año 1910, luchador sindicalmente, asambleario de abajo arriba cien por cien,

        A partir de tu afiliación, el sindicato serás tu, expondrás tus ideas en asambleas,
        tus ideas, tu trabajo y tu lucha, será de abajo arriba, en C N T nadie es mas que nadie por alto que sean sus cargos. Lee sus estatutos y te dirán mas que yo.
        La C N T no es un sindicato mas, vive de las cuotas de sus afiliados, no recibe susbenciones del estado, ni los quiere, Las autoridades Nacionales no lo defienden, se defiende el solo.
        Para ser afiliado al sindicato es necesario ser trabajador por cuenta ajena y no ser autoridad del estado, Sus cargos son renovables en cualquier momento o cuanto mucho de uno a dos años.
        COMPAÑERO: Si buscas un sindicato para luchar, afiliaté a C N T–A I T

      • No estoy afiliada den ningún sindicato, partido político ni ninguna otra organización. Voto SÍ, porque me ha parecido magnífica la reflexión de un verdadero `piel roja´

  2. Muy buen articulo, y dicho en caliente, si, cuando a los que estamos en el mundo sindical (en un sindicato u otro), contemplamos el lamentable espectaculo de la «negociacion» entre patronal y sindicatos, no pertenezco a ccoo, pero me entristece ver en lo que se han convertido (salvo las honrosas excepciones), me entristece ver que sindicatos con cientos de miles de afiliados, que podrian paralizar el pais si quisieran y obligarles a claudicar y a andar por una senda que no nos conduzca al desastre para la mayoria.

    Pertenezco a cnt, un sindicato que antaño fue grande, ahora somos muy pequeños, pero aun asi, no nos venimos abajo, no nos domesticamos, no nos rendimos y luchamos en importantes conflictos, ojala tuvieramos vuestra fuerza, por desgracia me entristece tener razon, en la critica que os hacemos, que vuestras cupulas sindicales os hacen un flaco favor, a vuestra militancia y a la clase trabajadora en general. Ojala hubiera muchos como tu, ojala todo esto tenga alguna solucion, por el bien de la mayoria de las personas de este pais.

    Salud.

    • Muchas gracias, compañero. Tienes toda la razón en todo lo que dices. CCOO tiene más de 1.200.000 afiliados, fuerza de sobras para plantar cara a cualquier agresión de gobierno o patronal. Y en lugar de eso, nos han convertido en los tontos útiles de liberalismo, en una herramienta contra los obreros en lugar de ser el baluarte de su defensa, que es el papel que nos corresponde como sindicato mayoritario.

      Lo triste es que somos las bases (no vale escurrir el bulto) los que hemos permitido que el sindicato se convierta en lo que es. Ni siquiera yo, que he estado dentro, logro entender cómo estas cúpulas dóciles y domesticadas pueden ganar congreso tras congreso, cuando somos tantos los que no estamos de acuerdo con el camino que han tomado.

      Lo peor de todo, compañero, no es que las cúpulas nos hagan un flaco favor a nosotros. Lo peor es que se lo hacen a toda la clase trabajadora, y además en nuestro nombre, pues somos nosotros los que les damos la representatividad. No sé si esto tiene arreglo (difícil lo veo) o si es el momento de que los muchos que estamos hartos de traiciones tomemos otro camino para poder seguir haciendo aquello en lo que creemos: la lucha de clases.

      Gracias por leer y comentar. Salud.

  3. Valiente artículo. Gracias. Define, con cariño aunque algunos no lo entiendan, esto que a muchos nos tiene atónitos desde hace años. Muchos años ya. Gracias de nuevo.

  4. Estui totalmente de acuerdo con la critica es mas yo pienso que los dos grandes sindicatos han creado unas estructuras que economicamente son dificiles de seguir soportando y por ello quieren seguir en compadreo con la patronal para que siguan reciviendo dinero en suvenciones, cursos, etc…y sean olvidado del verdadero sindicalismo representado en Marcelino Camacho.
    Yo desde que tenia 19 años en el año1973 siempre estuve en la lucha obrera cuando las codiciones eran dificiles, te estabas constantemente jugando el tipo, pero habia que luchar por cambiar las condiciones laborales y luchar en contra la dictadura y ahora que teniamos unos logros laborales con seguidos en la lucha diaria que incruso acostado carcel, y muertes para conseguirlo, nos lo estan quitando atraves de estos acuerdos que son como una venta y como estan metidos en el sistema luego nos comen el tarro que si la crisis, que si no hay conciencia , que si tal…. el caso esque estamos vendidos.
    Yo propongo que si desde dentro no se puede cambiar, hay otros sindicatos CGT, CNT,COVAS, y sindicatos asamblearios y autogestionarios que podemos luchar y hay que estar en la calle.
    S@LUD Y REPUBLICA.

  5. Estimado Miky,

    soy de la UGT. Has dicho lo que muchos de nosotros decimos de UGT pero de CCOO. Aunque queremos pensar que esto es lo mejor, ya no nos creemos nada.

    Nosotros somos pocos, pero combativos, delegados y mandos intermedios de federación Aragón. Estamos uniendo nuestras fuerzas, debatiendo para, desde dentro del sindicato, obligarnos a la correspondiente auto crítica, tan necesaria cuando ya nos oímos a nosotros mismos, con 20 años menos, en el movimiento 15M.

    Somos sindicalistas hasta la médula y vemos con gran desasosiego como la derecha económica mundial está despojándonos de todo lo ganado en los últimos 50 años de lucha obrera. Empiezan por los más débiles y para cuando reaccionemos ya habrán terminado con nosotros.

    Mi solidaridad y reconocimiento para ti y los que pensamos igual, exactamente igual.

  6. Amigo Luis.

    Me alegra mucho saber que dentro de UGT también hay compañeros hartos de esta situación e intentando cambiarlo. Ahora es más necesario que nunca, Enhorabuena por no seguir la corriente, que es lo fácil, y atreveros a ser críticos con vuestra propia organización.

    Sí, la derecha está más radical que nunca. Y ahora, que ellos se radicalizan, a nuestros brillantes líderes y sus palmeros les da por moderarse. Pues no señor. En estos casos, la única posibilidad es combatir fuego con fuego, radicalidad con radicalidad, porque sino perdemos siempre y YA BASTA de derrotas camufladas con sonrisas en las fotos.

    Mi apoyo y solidaridad absoluta a los compañeros que dentro de UGT lucháis por los derechos de los trabajadores y por pertenecer a un sindicato del que sentiros orgullosos.

    Ah! Y gracias por leer y comentar.

    Un abrazo, salud y que no decaiga la lucha. Si no es donde ahora estamos, será en otro sitio.

  7. que pena que los que luchamos por nuestros derechos como trabajador hace mas de 20 años, tengamos que ver como se va todo a pique y volvemos para atras a paso agigantados ….cuando nuestra ilusion y la de todos los sindicalistas de aquel entonces ( yo soy de ccoo) era dejar bien asentado los derechos por los cuales nos lo jugabamos todo…pensando en las generaciones que venian detras. para que lo tubieran todo mas facil…..de facil , nada!! visto lo que hay, tendremos que volver a empezar pero con otro tipo de sindicato ,uno que no se venda y que no venda nuestros derechos..nunca pierdo las esperanzas y espero que haya alguno honesto y que podamos apoyarlo si se lo merece..gracias por tu estupendo articulo y compartirlo con todos nosotros.

  8. Soy Delegada de UGT y comparto al 100% lo que aquí se ha dicho sobre el sindicalismo que practican las cúpulas de UGT y CCOO, si a eso podemos llamar sindicalismo. La gran contradicción es que una parte importante de las bases de dichos sindicatos somos críticos e intentamos aportar contenido de clase detrás de las siglas que defendemos. No obstante siempre las cúpulas están ahí para, con sus acciones, acabar desprestigiando el trabajo que día a día llevamos a cabo desde la secciones sindicales. No son muchos en cambio los que se atreven a alzar su voz para decirlo. Lo que yo veo es que poco a poco van surgiendo más sindicatos amarillos que logran acaparar más y más fuerza en distintos colectivos, especialmente entre los funcionarios, colectivo en el que yo trabajo. ¿Que se lleva a cabo una reforma laboral? Bien, entreguen Señores Méndez y Toxo el preacuerdo a sus bases y afiliados y que seamos nosotros los que decidamos. La democracia debe volver al sindicalismo.

    • Sonia, lo primero, gracias por leer y comentar.

      Respecto a tu comentario, estoy completamente de acuerdo. Los sindicatos se han convertido en un reflejo de la anémica democracia del país: votamos en los congresos, y a partir de ahí a tragar con lo que quieran Toxo y Méndez, y sus palmeros. Un sindicato de clase JAMÁS debería funcionar así, de forma piramidal, sino de abajo a arriba, donde las cúpulas sólo deberían ser los portavoces de las bases. Otro gallo nos cantaría, seguro.

      Respecto a los sindicatos amarillos… lamento tener que decir que nuestros sindicatos, para muchos trabajadores (y hasta para mí) ya son tan verticales como cualquiera de esos que comentas. No por las bases, que para nada somos amarillos, pero… lo que se firma, es amarillismo puro. Y los hechos nos definen más que las ideas.

      Saludos.

      • Asi es miky, en CNT trabajamos desde la base, es la asamblea quien decide, y los secretarios los encargados de ejecutarlo, y de dar cuenta de su gestion, sin cobrar un duro, y si no lo ha hecho bien se le sustituye, nada manda a nadie, ni delega, ni se obedece, se participa y se actua directamente. Es muy necesario volver a lo asambleario, tomemos ejemplo de la juventud del 15m, no han luchado contra el franquismo pero son todo un ejemplo a seguir.

        Salud y lucha

  9. Es confortante leer tu articulo o reflexión.. como parte de los comentarios .
    Participe en Torrejon en la construcción de las CCOO… me fui hace muchos años cuando me di cuenta que buenos y combativos compañeros eran expulsados, y sobre todo cuando ya los militantes ya eran afiliados que no tenían ningún protagonismo en la toma de decisiones. Comencé a ver con mas claridad lo que ya se venia conformando, con la desconvocatoria de la huelga general, finales del 75, principios del 76, cuando se dejaron «desarropadas» muchas luchas que se venían desarrollando, y se asumieron y suscribieron los vergonzantes pactos de la impunidad y la entrega … llamados de la Moncloa.

    Desde entonces el «aparato» ha ido funcionando cual vertical ninguneando no solo a nuestra clase, a todas y todos los trabajadores, también a sus propios -clientes/afiliados-
    ¿Por que a sido posible esto?
    Me parece que la respuesta nos ayudara a no cometer los mismos errores.

    Hoy despues de muchos años me encuentro en Andalucia y milito en el sindicato andaluz de trabajadores, por que es con quienes mejor trabajo… Pero como tu, nunca defendí dogmas.ni capillas, los intereses de nuestra clase son lo importante , las organizaciones son herramientas defender esos intereses, esos derechos y no al revés.

    Y este escrito tuyo me anima a seguir peleando por la unidad de accion desde la base, LAS ASAMBLEAS EN LOS CENTROS DE TRABAJO, donde estemos afiliados a cualquier sindicato o no afiliados, y que esas asambleas sean decisorias, e impongamos las decisiones emanadas de ellas… que tan buenos resultados nos ha dado cuando han funcionado.

    Gracias por tus lineas y por tu valentía, en estos momentos en que el pragmatismo y la colaboración de clase aun mantiene tantos adeptos…. Creo que todavía estamos a tiempo de construir esa unidad de nuestra clase desde abajo, y me da igual donde este cada cual si lucha contra el capital, es una cuestión de supervivencia.
    Saludos fraternales

    • Me alegra enormemente que mi escrito te reconforte y te anime a seguir peleando. Es un honor.

      Como tú dices, lo importante es no caer en la trampa del «prietas las filas» y la fidelidad ciega. Debemos articular un verdadero movimiento HORIZONTAL, de bases, desde el que hacer verdadero sindicalismo de clase más allá de las siglas que, a la vista está, no sirven más que para dividirnos y para dar poltronas a los más «trepas» de cada organización.

      Ojalá tengas razón y aún estemos a tiempo. Yo al menos no me he rendido aún.

      Un abrazo de compañero, y gracias por leer mi blog. Salud.

  10. Fui sindicalista y delegado desde 1976 (si obviamos el sindicato democrático de estudiantes de1963) hasta 1980 y muchos y efectivamente tambien marche asqueado por tanta renuncia, tanto sectarismo y falta de democracia.
    En los congresos desde los ochenta se fueron concentrando liberados nombrados por la cúpula, no se estableció un régimen estricto de incompatibilidades y a todos los niveles se instauró el miedo a «volver al curro».
    Las distintas direcciones favorecian mas la adhesión que la voluntad de lucha y las ideas.
    Despues de las grandes peleas entre las dos facciones del PC a los independeientes con ganas de luchar nos liquidaron.
    La caida en picado ha sido tremenda, el desprestigio monumental, la falta de ideas y de lucha total.
    Aunque por edad ya no estoy para muchos trotes me pongo a tu lado en la lucha contra las burocracias.
    Saludos cordiales

  11. ¿Buscas un sindicato para luchar?

    ¿Un sindicato que su lucha sea una lucha
    de acción directa?
    ¡AFILIATE A C N T- A I T !
    Su lucha consiste sin intermediarios. patronal y trabajador.

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