Reflexiones post-electorales…

Pasaron las municipales y autonómicas… y ahora toca la verdadera «jornada de reflexión». Empezemos por los resultados del resto del país, hasta llegar a Blanes.

A nivel estatal, varios detalles interesantes. El PP ha subido, pero no tanto como pueda parecer. Redondeando cifras, ha subido medio millón de votos, pero casi 400.000 han sido en Andalucía. En el resto del país sube poco más de 100.000 votos, que no es gran cosa. En realidad, ha arrasado por el absoluto batacazo de un PSOE que pierde un millón y medio de votos. Los socialistas se empeñan en culpar de todo a la crisis, lo cual no parece muy inteligente. Hay dos factores que son los realmente importantes. Primero, la derecha ha sabido vender estas elecciones como si fueran unas generales, sin serlo. Eso ha hecho que muchos hayan ido a votar contra ZP, y no pensando en lo mejor para su pueblo o comunidad autónoma. Sacar de contexto estos comicios es un éxito de los conservadores. La segunda causa del batacazo es el giro a la derecha del PSOE en esta legislatura. Intentar ganar votos hacia la derecha es inútil. El voto conservador es monolítico, como dice El Roto ellos no van a votar: van a fichar. Haga lo que haga el PP, siempre son más o menos los mismos.

Sin embargo, tirar a la derecha le ha hecho perder cientos de miles de votos de gente de izquierda decepcionada y traicionada. Ya sabemos que el electorado de izquierda es menos fiel y a diferencia de los votantes de derechas, sí castiga los errores. UPyD, con su ultranacionalismo español y ese bamboleo izquierda-derecha, obtiene su parte del pastel en el desencanto centrista hacia el PSOE.

Buenos resultados de IU, que sube por primera vez en 15 años y recoge (o mejor dicho, recupera) gran parte de ese voto de izquierdas secuestrado por el PSOE que empieza a darse cuenta de que el voto útil es la versión política del timo de la estampita. De cara a las generales, buen síntoma. Aún así, en la situación actual creo que deberían haber crecido incluso más. Deben tener la suficiente visión como para ver que además del regreso de los que se fueron al PSOE por miedo al PP, tienen todo un caladero donde seguir creciendo entre el casi millón de votos blancos y nulos. La mala noticia para ellos es perder Córdoba, más por la fractura generada por la fuga de malas maneras de Rosa Aguilar que por razones de gestión de la ciudad.

Lo de Córdoba, con el corrupto constructor «Sandokán» entrando como segunda fuerza, unido a la victoria de Camps y sus secuaces en Valencia, Aguirre en Madrid o lo de Mallorca, da que pensar. Este país, lejos de condenar a los corruptos, los premia. Puedes llenar tu lista de imputados y además ganar. Mal asunto.

Bildu entra arrasando, y demuestra la sinrazón de haber tenido tanto tiempo a tanta gente sin posibilidad de expresarse en las urnas. Puede que haya indeseables en sus filas y entre sus votantes, pero eso no justifica recortar los derechos democráticos a miles de personas. En este asunto quiero hacer un apunte al diario El Mundo, que titulaba con un malintencionado «Explosión de Bildu»; un vergonzoso titular cargado de bilis, indigno de alguien que se haga llamar periodista.

Y una última cosa: gracias al porcentaje de abstención, de voto blanco y de voto nulo (un 35% aprox.), vamos a estar gobernados por un partido al que sólo ha votado uno de cada cuatro ciudadanos con derecho a voto. Deberían pensar en lo que están haciendo, porque si ocurre lo mismo en las generales, lo vamos a pagar muy caro. Dejar el país en manos de una minoría radical y elitista como el PP, con un programa oculto de recortes sociales salvaje y que representa sólo el 24% de los votantes, no tiene ningún sentido.

A nivel catalán, más allá de la derrota socialista, lo más relevante me parece la debacle de ERC. Era previsible. Durante mucho tiempo se han dedicado a jugar a dos barajas, pactando con la derecha cuando les convenía con la absurda idea de que todo quedaba justificado con la excusa de que CiU son nacionalistas y catalanistas. Ha sido un error, porque gran parte de su electorado sí era realmente de izquierdas y esa ambigüedad no le gustaba un pelo. Todo eso ha desembocado en la fuerte irrupción de CUP, una opción independentista pero situada claramente a la izquierda, que se ha llevado todo ese voto harto de los pactos anti-natura y la tibieza ideológica de ERC. También S.I ha dividido el voto independentista, pero creo que no tanto por la izquierda. Más bien ha recogido el voto del centro-derecha independentista, menos numeroso que el de izquierdas, pero que también existe.

Lo más preocupante, sin duda, es la subida de PxC. En tiempos de crisis, la demagogia y el populismo siempre encuentra hueco entre los sectores más apolíticos y menos informados de la población. Hay que ir con cuidado. Recordemos que Hitler también ganó unas elecciones. No entiendo esta democracia que se indigna con Bildu pero permite la presencia de partidos que defienden ideas anti-constitucionales y hacen apología de la xenofobia.

Ciutadans también sale claramente derrotado. Apenas la mitad de votos que hace cuatro años. Intentar vender nacionalismo español en Catalunya, cuando no lo consigue ni el PP con toda su maquinaria mediática, parece misión imposible.

A nivel local, en Blanes le hemos dado un cambio radical al gobierno. Vamos contracorriente. Nos libramos de la derecha y tendremos gobierno de izquierdas. El PSC ha perdido votos pero gana un regidor, mientras el gran triunfador es EUiA/ICV que gana votos en todos los colegios electorales y pasa de dos regidores a cuatro. La constancia y la coherencia tienen premio. Han recibido especialmente el apoyo de los jóvenes y los barrios, y ahora les toca responder a esa confianza. Justo premio al trabajo bien hecho. Y además, si los datos no me engañan, tendremos al tercer regidor más joven de la historia de Catalunya. Enhorabuena a mi amigo Víctor Catalán. Nano, ets un crack…
El desastre de CiU con Trias a la cabeza (ha perdido como un 40% de votos…) es una demostración de responsabilidad e inteligencia del pueblo de Blanes. Quien gobierna sin escuchar lo paga, y CiU lo ha pagado con creces. El error de Barrakes y de creer que «los jóvenes no votan» es una de las causas, claro. No se pueden analizar estos resultados sin tener en cuenta la influencia de este asunto. Pero haría bien CiU en no pensar que es la única razón de su derrota si quiere volver a tener un mínimo de credibilidad en este pueblo. Cuatro años de despropósitos y de gobernar sólo para una minoría privilegiada no pueden salir gratis.

ERC ha pagado caro haber dado el gobierno a la derecha hace cuatro años. Esa decisión, tomada más por revanchismos personales que por el interés del pueblo, los saca del Ayuntamiento y pierden el único regidor que les quedaba. Deberían reflexionar. CUP recoge ese voto y se queda a un paso de entrar, pero sientan una excelente base para la próxima ocasión. En mi opinión, tienen motivos para estar contentos y esperanzados.

Inmejorable noticia la desaparición de PDB, que sale del consistorio. Nos libramos de unos fascistas de tomo y lomo; del populismo y del amiguismo de esta panda (porque no se les puede considerar ni siquiera un partido), que no han hecho sino emponzoñar la vida política de Blanes durante dos años para vivir del cuento los dos últimos. Por suerte, se acabó. Son historia. Sus votos van a parar al PP, que logra unos excelentes resultados y se convierte en el otro gran beneficiado de la noche junto a EUiA/ICV, aunque al PP no le servirá para estar en el gobierno.

Y como yo soy así, y aunque feliz y orgulloso de vivir en una especie de aldea de Astérix que se libra del auge masivo de la derecha, voy a decirle algo a ese nuevo gobierno de izquierdas que tanto ha costado conseguir, a riesgo de que me llamen aguafiestas:

Tomad buena nota de lo que le ha pasado a CiU y sus socios. No se puede gobernar de espaldas al pueblo. No se puede perder el respeto a la democracia. No se pueden poner los intereses de amigos y afines por delante de los intereses generales. El pueblo de Blanes ha demostrado que no tiene un pelo de tonto, que tiene los ojos bien abiertos y que quien la hace, la paga. Trabajo, honestidad e interacción con el pueblo para hacer una política de todos donde lo prioritario sea el interés común. Eso, ni más ni menos, es lo que os pedimos.

Estaremos vigilantes…

…y ahora, Blanes

La vorágine generada por el movimiento Democracia Real Ya ha enviado la campaña electoral de las municipales no ya a un segundo plano, sino directamente a la inopia. Nadie presta atención porque la «Spanish Revolution», justificadamente, lo fagocita todo. Me va a costar un esfuerzo titánico olvidarme por un momento de todo lo que está ocurriendo y centrarme en Blanes, pero lo voy a intentar…

No conviene que nos despistemos. Hace apenas una semana, estábamos todos indignados, puestos en pie contra un Ayuntamiento que nos ningunea y que está acabando con la poca vida que queda en este pueblo. Y ese sentimiento, lejos de ser arrinconado para dejar espacio a la ilusión generada por Democracia Real Ya, debe ponerse ahora el mismo zurrón. Hay que sumar ambas indignaciones. A pequeña (diminuta) escala, Blanes también necesita su rebelión. Necesitamos lo mismo que se pide en las plazas de toda España: más democracia.

Porque este equipo de gobierno, y muy especialmente el alcalde Trias, han roto las reglas del juego democrático. No sólo han hecho caso omiso a cientos de jóvenes (y no tan jóvenes) y han tomado decisiones unilaterales injustificables, además se han pasado por el forro una moción aprobada democráticamente en el pleno del Ayuntamiento, han utilizado recursos públicos para atentar contra la libertad de expresión del mismo pueblo que paga esos recursos, han usado al Ayuntamiento para hacer campaña electoral enviando cartas a los vecinos… más allá de estar o no de acuerdo con su gestión (para mí, desastrosa), su falta de respeto por las normas democráticas los hacen merecedores de una buena patada en el culo (metafórica, no se me enfaden) que los aleje lo más posible del poder en nuestro pueblo. Ver a este señor como alcalde es como ver a Manowar tocando Acid Jazz… un sinsentido.

Para que vuelva a ser nuestro pueblo. Para que vuelva a tener vida, alegría, turismo, cultura, actividad… para que no sea el sitio donde volvemos a dormir después de pasar el día fuera, porque en nuestro pueblo no tenemos ni trabajo ni ocio. Trias, y por extensión CiU, deben abandonar el gobierno.

Y obviamente, también sus socios de gobierno: PP y PDB, que son más de lo mismo. Cómplices, cuando no culpables directos, de la nefasta política que hemos tenido que sufrir esta legislatura. Y, en el caso del PDB, con más razón. Porque además, tienen el dudoso de honor de haber conseguido que Blanes parezca un pueblo homófobo a ojos de todo el país. Su milonga del «turismo deportivo y familiar» no se la creen ni ellos. Pura homofobia, sin más. Y como guinda, en su programa electoral presumen de haberse gastado el dinero que no teníamos en traer a La Oreja de Van Gogh. ¡Fuera, hombre, fuera!. Y cuanto más lejos, mejor.

Tampoco conviene olvidarse de quién los puso en el poder. Recordemos que hace cuatro años, la suma de CiU, PP y PDB quedaba en situación de empate frente a la suma entre PSC y EUiA/ICV. La balanza entre izquierda y derecha la inclinaba ERC que, a pesar de lo que digan sus siglas y vaya usted a saber por qué motivos, escogió la derecha. Por lo tanto, son co-responsables de todo lo que ha ocurrido, por más que disimulen. Al menos a mí, no se me olvida. Y no se me olvida porque no hay garantías de que no lo vuelvan a hacer este año.

La alternativa de gobierno más clara, es evidente, es el PSC. No son santo de mi devoción ni espero milagros de ellos, pero desde luego los prefiero al tripartito de derechas actual, que ya ha demostrado no sólo su peligrosa incapacidad para gobernar, sino también su sordera absoluta frente a su pueblo. Pero… ¿el PSC solo? ¿Está en condiciones de obtener una mayoría absoluta? Más bien parece que no. Por lo tanto, necesitará pactar… y ojo, porque aquí hay mucha tela que cortar.

Podríamos pensar, como ingenuamente pensamos hace cuatro años, que la posibilidad más lógica sería un pacto entre las tres fuerzas de izquierdas: PSC, ERC y EUiA/ICV. Pero los rumores que circulan por ahí (por lo que sé, muy bien informados), dicen que el PSC no tiene ninguna intención de pactar con ERC después de la experiencia del tripartito 2003-2007 y de su apoyo a la derecha en las últimas elecciones. Sinceramente, los entiendo. Pero hay más. Esos rumores también dicen que el PSC estaría dispuesto incluso a una «sociovergencia» antes que pactar con ERC. Esto nos llevaría a un pacto de gobierno entre PSC y CiU… una perspectiva aterradora a mi entender, completamente anti-natura y que sólo puede acabar mal.

Así las cosas, sólo un pacto entre PSC y EUiA/ICV nos garantiza tener un gobierno en el que no estén ninguno de los que durante estos cuatro años han convertido Blanes en una triste sombra de lo que fue. No es utópico, no está lejos. En 2007, sólo faltó un concejal. Ahora, hay motivos de sobra para movilizarse y conseguirlo.

Así que, aunque no me guste especialmente usar este blog para dogmatizar a nadie, voy a hacer una excepción. No voy a defender aquí su programa, eso les corresponde a ellos. Tampoco os voy a pedir nada, porque no soy un político. Pero si me tomo la libertad de aconsejaros que votéis a EUiA/ICV. Porque es el único voto que nos asegura que salgan del poder los que nos han robado nuestro pueblo. Porque EUiA/ICV no va a pactar jamás con CiU, PP ni PDB. Porque EUiA/ICV no va a dejar el Ayuntamiento en manos de esta derecha que tan mala gestión ha realizado en esta legislatura. Por eso os aconsejo que los votéis. Porque son la única garantía de cambio real en Blanes a día de hoy.
¿Y por qué no votar directamente al PSC?, os preguntaréis algunos. Por tres razones: la primera, las mayorías absolutas nunca son buenas. La segunda, me parece conveniente que los socialistas tengan alguien al lado que los «empuje» hacia la izquierda y el ecologismo. Y la tercera: una subida de los socialistas sin una mayor fuerza de EUiA/ICV, nos podría llevar al pacto PSC/CiU que dejaría a muchos de los miembros del actual gobierno dirigiendo el pueblo cuatro años más, algo poco -nada- recomendable.

Por encima de personalismos, incluso por encima de ideologías, la principal motivación para ir a votar este domingo debe ser limpiar el Ayuntamiento y cambiar el gobierno. Por Barrakes, claro que sí. Pero también por muchas cosas más. Por su desprecio a los barrios, por su despilfarro de dinero, por su falta de diálogo, por su amiguismo indecente, por sus maneras dictatoriales… pero por encima de todo, porque debemos demostrar, no sólo a CiU sino a todas las fuerzas políticas (sin excepción), que el que no escucha al pueblo, el que no respeta la democracia, el que gobierna sólo para unos pocos, lo paga. Y porque debemos dejar claro también que esa idea que tienen algunos de que «los jóvenes no votan, así que no pasa nada por ir contra ellos», es falsa. Los jóvenes, si quieren, aquí y ahora, tienen la última palabra.

El domingo 22 tenemos la posibilidad de cambiar las cosas. No la dejemos pasar.

De palos de ciego y censuras

Ha pasado ya más de una semana desde que el Ayuntamiento de Blanes decidiera declarar una guerra tan injusta como innecesaria a Sa Costa Barrakes. Desde entonces, poco (nada) se ha avanzado. A día de hoy, no hay Barrakes para la Festa Major 2011.

Y no las hay por culpa, única y exclusivamente, del equipo de gobierno del Ayuntamiento. Me podrán decir que no soy objetivo y que tengo una visión sesgada… puede ser. Admito que nadie, y yo el primero, es del todo objetivo. Porque la objetividad absoluta es sinónimo de ausencia de opinión. Algo que siendo una virtud en un periodista, sería un defecto en un simple ciudadano como yo. De todos modos creo que el análisis de los hechos, más allá de mi indiscutible imparcialidad, no deja lugar a dudas.

No voy a entrar en detalles que la mayoría ya conocéis sobradamente. Basta con poner como ejemplo a nuestro alcalde diciendo públicamente que dejar las Barrakes en el campo de fútbol era «innegociable». Toda una muestra de talante y predisposición a la negociación y el acuerdo. Es muy recomendable que quien tiene el poder no olvide nunca que, en democracia, todo es negociable. Y cuando algo beneficia a una mayoría, no sólo es negociable. Además, es legítimamente exigible.

Finalmente se tensó la cuerda hasta que la Associació no tuvo más opción que cancelar el evento. Fue Sa Costa Barrakes quien tomo la decisión, sí, pero todos sabemos por qué y por culpa de quién. Al malo de la película ya lo conocemos, y esta vez no es precisamente el mayordomo…

Los últimos días han sido un recital antológico de palos de ciego. Primero, dicen que ellos no han roto negociaciones (lógico, si no las has ni empezado cómo las vas a terminar…) y que habrá Barrakes, con o sin los Barrakistas. Teniendo en cuenta que Sa Costa Barrakes aporta el 40% del presupuesto total, que el consistorio había anunciado recortes en su aportación, y que sin los jóvenes para organizarlo todo gratis, debería ser una empresa privada quien hiciera ese trabajo (y ese trabajo cuesta varios miles de euros), la afirmación resultaba irreal, económicamente inviable y poco menos que utópica.

Después del patinazo, nuevo cambio de idea: ofrecer a Sa Costa Barraques una nueva ubicación: en La Plantera, en unos terrenos situado entre la Avd. Catalunya y el C.P. Napoleón Soliva. Un cambio completamente absurdo, puesto que en esa zona hay tantos vecinos o más que en Els Pins, y además requeriría una fuerte inversión en infraestructuras para poder realizar el festival. Si el motivo del cambio son las molestias a los vecinos, ¿qué sentido tiene llevarlas a unos cientos de metros, a un lugar también rodeado de vecinos, y que además no tiene infraestructuras? Mismas molestias y mucho más gasto… ¿cómo se justifica algo así?

No se puede improvisar de esta manera. No es de recibo. Ayer negro, hoy blanco, mañana gris y el domingo a misa y Dios dirá… Antes de tomar una decisión, hay que prever sus consecuencias y sobre todo, las soluciones a los posibles problemas.

Pero de todos los errores que ha cometido el equipo de gobierno en este asunto, el peor de todos ha sido su intento de coartar la libertad de expresión. Este es tema muy serio. Aquí ya no hablamos de si hay o no conciertos o si se mutila la fiesta mayor… hablamos de no permitir expresarse a los ciudadanos. Y eso, sencillamente, es intolerable.
Miembros de la plataforma Salvem Barrakes, han organizado durante estos días y noches repartos de octavillas informativas, así como la pega de cientos de carteles. En estos carteles no hay ningún mensaje ofensivo, ni nada que incite a la violencia; simplemente el logo de la plataforma junto a la frase «Les Barrakes NO es mouen». Las personas que han pegado esos carteles, además, han tenido el suficiente criterio como para colocarlos (salvo alguna excepción) en zonas habilitadas para ello. Para muestra un botón:

Pues bien, todos estos carteles, a las pocas horas de ser pegados, desparecen. O mejor dicho, los quitan, porque ya no tengo edad para creer en la magia. A esto se le llama censura. Es un atentado a libertad de expresión. Una falta de respeto a los ciudadanos y un insulto a la democracia. Es del todo inaceptable que se intente silenciar un movimiento juvenil de protesta pacífica que ellos mismos han generado por su deficiente gestión de un problema resoluble.

Ya les digo desde ahora que no los conseguirán callar, y que por cada cartel que quiten aparecerá otro en su lugar. Así que si piensan seguir jugando a Torquemada con sus tácticas fascistoides, ármense de paciencia porque va para largo. Y digo más: es evidente que ver a tu Ayuntamiento actuar así no invita precisamente a tenerles mucha confianza. Y mucho menos a darles el voto.

Igualmente grave es quién está quitando esos carteles. Porque, sinceramente, nadie se imagina a los miembros del equipo de gobierno yendo de madrugada a eliminarlos. ¿Entonces quién? Pues muy sencillo: lo están haciendo los trabajadores de los equipos de limpieza municipales (NORA). En sus propias palabras, «tenemos órdenes de retirarlos TODOS», estén en lugares legales o no.

Alguien debería pedir explicaciones a este gobierno en el próximo pleno. Porque los servicios municipales no están para quitar carteles legales de lugares legales. No son elementos de represión contra la libertad de expresión. No, señores de CiU. Los trabajadores del municipio no son esbirros ni lacayos a quienes encargar el trabajo sucio. Si se les cae a pedazos su decorado de oasis neo-burgués y peligran sus resultados electorales, es su problema. Haberlo pensado antes de provocar esta situación.

Los equipos municipales están para limpiar el pueblo, no para limpiar la imagen de su gobierno y de su partido. Es un hecho extremadamente grave, incluso diría que un delito, usar recursos públicos para beneficio personal o partidista.

Los servicios de NORA los pagamos TODOS, incluídos los blandenses que están pegando esos carteles. Y ni el Ayuntamiento ni mucho menos CiU tienen ningún derecho a usarlos como herramienta electoralista para tapar sus vergüenzas, y de paso vulnerar el derecho democrático a expresarse libremente del pueblo de Blanes.

La democracia tiene estas cosas, señores de CiU. La pueblo opina y los políticos lo asumen, no lo silencian cuando no les conviene, y menos aún con dinero público. Su actitud es vergonzosa, lamentable e indignante. Si no les gustan las reglas del juego, simplemente no jueguen. Abandonen el tablero y dejen la partida a otros más capacitados para ello. Blanes y la democracia se lo agradecerán eternamente.

El bien común: Barrakes al seu lloc

Pasado el calentón del pasado viernes (que no la rabia) por el traslado de Barrakes, y tras ver la movilización en las redes sociales (impresionante), y la reacción del alcalde Trias ante las reivindicaciones de los organizadores del evento y de las 2.000 personas que piden en la red que Barrakes no se mueva, creo que es el momento de hacer un análisis más frío de los pros y lo contras de este cambio de ubicación, para que algunos entiendan por qué los jóvenes están treient fum pels queixals.

Dice el señor alcalde en Radio Marina que es una decisión por el «bien común» y que «hay cosas que deben prevalecer por encima de otras». Veamos lo que el alcalde considera bien común. Empecemos por los contras:

– La nueva ubicación no dispone de las infraestructuras mínimas para realizar un festival del tamaño y categoría de Sa Costa Barrakes. Eso va a hacer que, a tres meses del evento, todos los presupuestos previstos salten por los aires. Más dinero para infraestructuras, menos dinero para contratar bandas. Eso significa que se deberá bajar el listón de popularidad de las bandas a contratar, que no necesariamente la calidad, pero todos sabemos que hay nombres que llaman más que otros, y esos nombres por lógica son más caros de contratar. Bandas menos conocidas, menor reclamo para el público y pérdida de prestigio para el Festival. A todo esto, el Ayuntamiento plantea bajar su aportación a Barrakes en un 20%. Algo asumible en estos tiempos que corren, pero inaceptable si se suma al aumento de gastos que genera el cambio de ubicación, que ellos mismos han provocado con su decisión.

– El traslado implica unos problemas de movilidad irresolubles. Es imposible acceder en coche o moto por los inmensos atascos provocados por los Fuegos Artificiales. Por no hablar del binomio vehículo+alcohol, que nos guste o no, sea justificable o no, ocurrirá. ¿Ir andando? Es una posibilidad, claro. Pero pensemos dos cosas. Primero, que está muy, muy lejos de casi todas partes. Nos pueden llamar vagos, pero es que el segundo problema es que los asistentes se verán obligados a atravesar una carretera muy transitada y mal iluminada. El peligro que genera tener a cientos (más bien miles) de personas, muchas de ellas con un considerable volumen de alcohol en sangre, paseándose por una carretera en plena noche, no se le escapa a nadie. En la página de facebook de «Salvem Barrakes» (http://www.facebook.com/salvembarrakes), ya se puede leer a padres preocupados por la seguridad de sus hijos ante esta nueva ubicación.

He leído también que se plantean la posibilidad de poner un bus nocturno gratuito. Para empezar, ese tipo de medidas se deben contemplar antes de aprobar el traslado, no después. Una muestra más de que todo huele a improvisación electoralista. Y segundo, como no sea un helicóptero nocturno, no sé qué va a solucionar el bus, que se va a ver atrapado en el atasco como todos los demás. También he leído que se podría habilitar un carril bus «como en la Merçè…» (sic). Brillante idea si no fuera porque en Barcelona, las calles tienen cinco carriles y en Blanes, uno. Si habilitas un carril bus, cortas la calle. ¿Puede permitirse Blanes entorpecer aún más la circulación en esos días? Rotundamente no.

La viabilidad futura (y presente) del evento corre grave peligro. Es fácil de entender. La nueva ubicación va a hacer que el número de asistentes baje significativamente. Si a ésto añadimos que el «gancho» del cartel bajará porque el presupuesto se va a ver drásticamente reducido por el Ayuntamiento y por la propia Associació de Barrakes (si sumamos el 20% que va a reducir el consistorio al 20% que la Associació calcula que tendrá que desviar a infraestructuras, haced cuentas…), tenemos otro motivo para que la afluencia descienda. En estas condiciones, ¿les será rentable a las asociaciones del pueblo montar su barraka? Si tenemos en cuenta la inversión y el esfuerzo necesarios, es fácil pensar que no.

Pues bien: si no hay «barrakistas», no hay Barrakes. Así de sencillo. Y hay otro daño colateral, puede que incluso más grave. Todas esas asociaciones han estado financiando su actividades anuales con lo ingresado durante Barrakes. Si dejan de recibir ese dinero, ¿cómo van a subsistir? ¿Con qué recursos van a seguir organizando sus actividades? Esto quiere decir que la vida cultural del pueblo se verá terriblemente afectada, ya que las asociaciones no van a poder mantener su nivel de actividad por falta de fondos. No es sólo que se puedan perder cinco días de fiesta juvenil, musical y cultural. Es que se puede hacer un daño irreparable a todas las actividades asociacionales del pueblo, desde el deporte a la política, pasando por la cultura o el ocio. Esas pequeñas cosas que hacen que un pueblo siga vivo y activo.

– La marginación de una parte importante de la población. A partir de ahora, si no se frena este absurdo traslado, un parte de la población blandense se van a convertir en ciudadanos de segunda. Porque se les obliga a irse lejos de cualquier atisbo de la Festa Major. Si quieres ver los fuegos, no llegas a tiempo a Barrakes. Si estás en Barrakes y te apetece cambiar un rato e ir a la feria, no puedes. Nos crean un suerte de «ghetto» para jóvenes, y de paso nos alejan todo lo posible de «su» Festa Major, en la que por lo visto estorbamos. La Festa Major es de todos, la pagamos todos, pero a muchos no nos van a dejar disfrutarla plenamente, porque nos exilian a varios kilómetros de ella.
Y otra cosa: esto va a provocar también un descenso de los ingresos a los feriantes, puesto que el público de Barrakes ha tenido siempre la sana costumbre de darse su paseo por la feria, subir a alguna atracción, comprar algo de comer… eso ahora será imposible. Y otra más: la multitud de gente que hacía tiempo en Barrakes esperando a que pasara un poco el atasco. Esta gente dejaba dinero en el pueblo, bien en Barrakes, bien en la feria; amén de facilitar la salida retrasando su marcha. Pues nada, otra víctima en el camino.

El peligroso precedente. Si las quejas de unos pocos vecinos son capaces de conseguir que se perjudique a tanta gente, si se anteponen los intereses de unos pocos a los de la mayoría, cuidado, porque quien siembra vientos recoge tempestades. ¿Qué pasa si todos somos igual de solidarios que los denunciantes? Imaginemos que los vecinos del Passeig Marítim denuncian el ruido y el humo de los fuegos. Que un grupo ecologista denuncia la contaminación que esos fuegos generan en la playa y el mar, el estrés para la fauna marina y la contaminación de los atascos de entrada y salida. Imaginemos también que esos mismos vecinos del Passeig denuncian las sardanas matutinas que no les dejan dormir. O que los vecinos de La Plantera y de Centre-Vila/Passeig denuncian las ferias, que hacen más ruido que las propias Barrakes. O los vecinos de la Plaça del Dies Feiners, las orquestas pachangueras. O que alguien denuncia las molestias que provocan los atascos, tardar dos horas en llegar a casa desde el trabajo cuando normalmente tardas 15 minutos, no poder usar tu garaje porque hay un coche aparcado y la grúa no funciona esos días, o las molestias que genera a los que viven en calles principales tener cientos de coches bajo tu balcón hasta altas horas de la madrugada con su ruido de motores, música con las ventanillas abiertas, toques de claxon

¿Matamos la Festa Major, entonces? ¿Que nadie haga nada porque todo molesta? Intento ser compresivo con la AAVV de Els Pins, pero sinceramente, me cuesta. Sólo son cinco días, y además tres de ellos son festivos. Entre los edificos más cercanos hay varios hoteles y bloques de apartamentos, y mucha segunda residencia. Gente que es evidente que está de vacaciones y no trabaja a la mañana siguiente. Y las Barrakes acaban a las 3,30h, una hora más que razonable para una fiesta mayor. Objetivamente, no me parece para tanto y me pregunto qué pasaría en este país si todos fuéramos tan tolerantes y comprensivos como ellos. Me da la impresión de que esa «convivencia» de la que habla CiU saltaría por los aires en décimas de segundo. La Patum, Fires de Girona… todo debería cancelarse o llevarlo a las montañas.

No se eliminan los problemas para los vecinos. Se trasladan, que es diferente. Se los quitan a Els Pins, y se lo «regalan» a Ca L’Aguidó y Mas Cremat. Porque hablan de esa zona como si fuera el desierto de los Monegros, pero resulta que ahí también hay vecinos. Puede que incluso sean más. Lo de apuntar el equipo del sonido hacia Tordera es un camelo. Obvio que algo mitigará las molestias, pero pensar que por eso no va a molestar es absurdo. Lo que realmente molesta del sonido son las frecuencias graves, esas que hacen que retumbe todo. Y las frecuencias graves, a diferencia de las agudas, son omnidireccionales. Esto quiere decir que salen hacia todas direcciones con la misma intensidad. Sí, también hacia atrás. Por lo tanto, si alguien cree que en Ca L’Aguidó y Mas Cremat se van a librar del ruido, que se lo quite de la cabeza.

El otro problema no lo genera la música, lo genera la afluencia de público. Centenares de jóvenes atravesando el pueblo a pie, ebrios, de madrugada… ¿no molestan? Es decir, hay vecinos de Els Pins que se quejan por la gente que sale a fumar en los bares nocturnos, ¿y pretendemos que toda la gente que vuelva de Barrakes no van a molestar atravesando el pueblo a pie de madrugada en grandes grupos? ¿Los que accedan y vuelvan de madrugada en coches o motos, tampoco molestarán a nadie?

Y ahora, vayamos a los pros:

Una AAVV contenta (recuerdo que en la última recogida de firmas para quitar Barrakes de SU sitio, no eran ni 200…) y, tal vez, cuatro tristes votos para CiU.

– Y también… no, espera, ¡no hay ninguno más!

Es más, puede que ni siquiera eso. Porque el cálculo electoral de CiU da la sensación de estar tan mal planteado, tan improvisado a última hora, que parece ser que no se han parado a pensar que esos 100 votos que van a sacar en Els Pins, se van a convertir por otro lado en más de 1000 votos en contra de todos los que no queremos que Barrakes se muevan. Muchos jóvenes que no pensaban votar, ahora lo harán. Y no van a votar a favor de éste o del otro, no. Sencillamente, van a votar CONTRA CiU. Recordemos que CiU consiguió la alcaldía con poco más de 4.000 votos. Si hay 1.000 o 1.500 jóvenes que votan para echarlos, son historia.

Así que volvamos al «bien común» del Sr. Trias¿Perjudicar a miles para beneficiar a decenas es bien común? La democracia es el respeto a las minorías, pero sobre todo es la defensa de los intereses mayoritarios. Y en este caso, se hace todo lo contrario.
Si a eso le sumamos que el equipo de gobierno ha tomado esta decisión unilateralemente, sin informar a los organizadores ni llevarlo a votación con los grupos de la oposición, no sólo me parece una decisión errónea. Además me parece poco democrática.

Sinceramente, tengo pocas esperanzas de que recapaciten. No soy derrotista, soy realista. Lo han vendido en prensa como una victoria, y a cuatro días de las elecciones va a ser difícil que se echen atrás, porque parecería una derrota. Algunos grupos de la oposición presentarán un moción contra el traslado en el próximo pleno. Ojalá eso, sumado a la batalla que den los jóvenes del pueblo, sirva para hacer entrar algo de razón y sentido común en las cabezas del equipo de gobierno. Ojo, no me rindo. Hay que luchar hasta el último día y con todas las armas que tengamos, incluído el voto que es donde más les duele. Pero hay que ser conscientes de la dificultad de la empresa.

Empiezo a pensar que dan el Ayuntamiento por perdido, y poco les importan ya las consecuencias de este error histórico. Lo que nos lleva a esa clásica y escatológica frase que empieza con «Pa’ lo que me queda en el convento…»